OCHO ACTITUDES BÁSICAS PARA LA PRÁCTICA DE MINDFULNESS QUE PODEMOS DESARROLLAR PARA ADAPTARNOS A ESTA NUEVA ETAPA

 

Estas son las actitudes que debemos tener presentes para una buena práctica de Mindfulness; cada una de ellas nos va a llevar a un lugar más profundo dentro de nosotros para nuestro autoconocimiento y va a hacer que se relacionen entre sí y sean, de alguna manera, interdependientes.

Si las ponemos en práctica al adentrarnos en esta nueva y desconocida realidad que estamos transitando conseguiremos atravesarla de una forma más ligera, suave y llevadera:

 

  • Aceptación: es importante entrar en este nuevo período con una mirada de equipo y una actitud de solidaridad que nos lleve a aceptar estas medidas como un beneficio común. Yo me cuido y yo te cuido. Si no lo vivimos desde esta aceptación, van a surgir sentimientos de rebeldía, de sumisión, de resignación que nos van a alterar y aumentar los niveles de estrés. Aceptar que la realidad es que el virus está todavía presente en nuestras vidas y, que mientras no tengamos como combatirlo habrá que vivir con unas medidas de protección que nos incomodan, pero que nos permiten retomar nuestra rutina poco a poco.
  • Confianza: en que las medidas tomadas son buenas para mi y para la sociedad, confianza en que los demás están respetando esas medidas para cuidarse y para cuidarme, confianza en que cuando esto acabe habremos ganado en respeto, solidaridad y habremos aprendido a relacionarnos desde el cuidado por y para un mundo mejor, confianza en que la vida nos trae lo que necesitamos en cada momento.
  • Curiosidad: curiosidad o mente de principiante es como esa mirada limpia que tienen los niños ante cualquier novedad. Afrontar la situación desde esa curiosidad sana de qué va a pasar, de qué puedo aportar yo como persona, de cómo me puedo relacionar con los demás manteniendo el distanciamiento social y cultivando el acercamiento emocional.
  • No juzgar: no juzgar a quien sienta miedo y prefiera no salir todavía, no juzgar a quien esté viviendo la situación desde el miedo, tampoco a quien la esté viviendo desde la despreocupación. No juzgar tus emociones, sean las que sean; no juzgarte si necesitas pedir ayuda porque no puedes con todo.
  • Soltar: soltar es deshacerte de lo que no te sirve en este momento. Es probable que te asalten hábitos y creencias que no puedes poner en práctica en este período, puede ser incluso que tengas que construir nuevas maneras, y para eso es necesario soltar lo que ya no usas, y tirar de la curiosidad para hacerte con otras nuevas. Ese soltar también hace referencia a soltar el control. Esta pandemia nos ha enseñado de manera brusca que el control es efímero, o más bien, que el control como tal, es inexistente.
  • Paciencia: nada es permanente, todo esto pasará. Estamos acostumbrados a vivir en el mundo de la inmediatez. Esta crisis nos está enseñando el valor de la paciencia, primero con el confinamiento, y ahora con la desescalada. Es una magnífica oportunidad para mirar cómo nos relacionamos con la paciencia e integrar que la vida tiene un ritmo que debemos respetar.
  • Distensión: a mi me gusta llamar a esta actitud como ligereza, como dejar que las cosas vayan surgiendo, que fluya de manera natural, que no haya demasiada presión. Algo así como entregarse a lo que está por venir, sin resistencia. Lo que produce sufrimiento es la resistencia que oponemos ante lo que no queremos que ocurra.
  • Amor/compasión: maravillosa oportunidad para desarrollar ese amor por nosotros mismos y por los demás. Amor entendido como respeto, como cuidado y atención, como ponernos en el lugar del otro para sentirlo.

Pin It on Pinterest